A veces no hay palabras ni citas que puedan resumir lo que paso aquel día. A veces el día, simplemente... termina.

domingo, 20 de octubre de 2013

apología del buen recuerdo




-¿Lo tienes todo abierto?
-Si, hay que estar abierto, que entre y salga, que circule, que se airee
-No
¿No?
-No, hay zonas que se deben mantener cálidas, a resguardo, protegidas, entrar en ellas en compañía de sus únicos arquitectos y caminar sobre sus mullidas alfombras, reposar sobre alguno de sus sillones de brillante cretona, contemplar con deleite esas brasas que doran un hierro mil veces forjado, observar su valor en la intensidad de el sepia de sus paredes que marca los tiempos. Que esa privacidad de aires tiernamente temblorosos sólo sea de acceso a sus moradores, que no se escape un átomo de ese universo, que no se pierda una molécula de sus aires.
Hay que impedir ese golpe de viento que levanta indecentemente las cortinas y arrastra con brutalidad hasta el desierto de la amnesia esas pequeñas cosas que, juntas, forman el hermoso lienzo de una vida.
No hay que airear, ni reformar, ni cerrar sus puertas lanzando, su llave sin dientes, al cajón de los objetos que se quieren perder pero que algún sentimiento de ácido remordimiento impide que los arrojemos a los escombros.
No debemos condenarla, por no poder olvidarla, a los vetos: negarle el acceso, renunciar a la visita; mejor sería si no es ya un rincón al que acudir con una sonrisa de dulce morriña, soplar esas brasas hasta que una des sus fugaces chispas prenda en las mantas que envolvieron todas las confidencias y dejar que todo arda hasta los cimientos.

viernes, 23 de agosto de 2013

agnóstica religión




Soy una buena religión
no corre sangre por mis calles,
no despedazan cadáveres pútridos mis perros,
no subsisto en la grietas de tus aceras,
no soy la termita de una moral marchita
ni la solución a un mundo de huesos triturados

Soy atea, agnóstica, apostata,
soy religión que coletea tras tu libertad,
no soy fango de calabozo que infecta úlceras
no soy cátedra encerrada en el limite de lo probable
soy religión expandida hasta el origen de lo imposible
soy tu sierva no tu amo

Desnuda mi garganta, destrenzados mis cabellos,
desafiante actitud desdeñosa ante vulgares dioses tediosos y aburridos,
me sumerjo en tu laberinto,
mirada inflexible y ardiente me atrae a la trampa
y me entrego como se entrega el pájaro a la serpiente
a esas caricias dolorosas como un abrazo
y voluptuosas como un beso

sábado, 3 de agosto de 2013

..y a este poema no sé como llamarle



Podría llamarse: macarrones con miel
o bautizarse como: la desgarradora y lamentable muerte de un dolor sublime.
Nada, ni su título ni su cuerpo, ni su alma harán de su muerte algo menos triste, por ser tan anodina, tan gris, tan plana, tan poco trágica y tan injustamente anónima.
Quizás sea a causa de la desidia o a causa de una derrota que entraña no acumular victorias, o de un tiempo de empeñarse en perder ese tiempo en sembrar amapolas en una roca. Quizás sea que verlo morir sin elegancia, ni nobleza sea causa de vergüenza que conviene ignorar, que asuste saber que ver morir a este dolor, que desgarró con uñas rotas las mejillas de Venus e hizo llorar incluso al diablo, no conmueve ahora el alma ni provoca un suspiro de pena. Quizás sea su patética decadencia sin remedio, como esa sábana que por vieja se despedaza  para usarla para retirar el polvo de viejos recuerdos y que a cada pasada ya tan solo pierden brillo y frescura. Quizás sea la indiferencia, esa matrona calma y silenciosa que hiela los espacios con su aliento, que renuncia al argumento, que desprecia posibilidades, que niega alternativas.
Quizás sea... que ya tan solo queda una rutina paralela y el dolor ha sido desterrado a una frontera donde no llegan los por qué porque ya no requieren respuestas.
Y ya no es poema, y ya da igual su título, y ya no importan las metáforas de talla diez, las figuras de arabescos aplaudidos, los silogismos enrevesados... ya no es poema, ni tan solo prosa poética, no alcanza ni a nota de suicidio, ya tan solo es un pensamiento de duermevela que se plasma sobre el desconchado de una esquina, en silencio y sin pena.

jueves, 25 de julio de 2013

Tratando con la verdad o un tratado sobre la verdad



No hay que profundizar, ni ahondar en lo oscuro, lo indómito o lo recóndito emprendiendo una búsqueda de desgaste allí en esos lugares tan abismales en donde nunca habitará. No hay que buscarla, ni encontrarla... siempre está ahí. No se puede analizar, ni moldear. No es cierto que haya prismas para contemplarla, ni tantos por cientos, ni puntos de vista, eso no son más que inventos y artificios para crear nuestra propia verdad, para ajustarla y adaptarla a nuestro deseo, a nuestro dolor, a nuestro universo a nuestra eterna necesidad de racionalizar todos los hechos.
La ''verdad'' en si misma no juzga, no valora, no declina, no toma partido, no muta, no envejece y jamás entenderá de ambigüedades: la piedra que lances al aire en este planeta acabará irremisiblemente cayendo al suelo tarde o temprano. Qué estupidez hablar de vasos que se medio llenan o que casi se vacían: el vaso siempre está lleno ya sea de aire, de liquido, de ambos o de nada, pero es que hasta de nada se puede estar lleno.
¿ Y qué hacer ante tanta pureza ? ¿ Como engullir  tanta rotundidad sin atragantarnos ? Pues haciendo eso que venimos haciendo desde que somos sapiens: argumentando, analizando, falseando, maquillando, ensalzando, adaptando, minimizando, maximizando lo que denominamos con mayúsculas: nuestra verdad. (los tímidos lo llaman: mi punto de vista, mi parecer)
¿Y entretanto que hace la verdad? pues ignorarnos y seguir inmutable a nuestro parloteo, a nuestro ir y venir en un intento inútil de hallar esas palabras que al fin puedan revocar su perpetuidad inamovible.
La ''verdad'' es indubitable, es una rotundidad tan simple y tan llana que siempre habita en la superficie, a plena vista, desnuda, sin prejuicios ni vergüenzas y no existe negación racional ni poética a la pureza de su existencia: el agua moja, que creamos que moja mucho o poco o intentemos descubrir por qué moja no cambia la verdad: el agua moja. El fuego quema, que el fuego sea más o menos intenso, que su color sea cambiante no cambia su naturaleza: el fuego quema. Nacemos y morimos, que este hecho nos alegre o apene no cambiara su verdad: nacemos y morimos. Apliquemos esto a nuestro entorno y si conseguimos soportar el vértigo de tanta  simpleza quizás podamos empezar a deleitarnos en la belleza de su sencillez.


sábado, 15 de junio de 2013

Con el óxido del último otoño



¿Cuánto dolor se le puede provocar a alguien que sólo ve belleza en el mundo?
Alguien que cuando corretea entre la mugre parece que roza con sus alas de libélula las hojas de una superficie limosa plagada de nenúfares. Que en las manchas de óxido descubre el brillo de un metal cambiante en su hermosa decadencia de otoño. Que en el papel que flota olvidado sobre el aceitoso rio que fluye hacia la alcantarilla que engulle lo negro de nuestras ciudades adivina el viaje de Gulliver a mundos indómitos. Que con las migas que otros escupen señala caminos de ida hasta el vuelo de las palomas, que con los pétalos de las margaritas que se desojan con tristeza crea puntos para el libro en el que residen los pasajes más hermosos de la vida.

¿Cuánto dolor se le puede provocar a alguien que sólo ve belleza en el mundo?

¿Cuánta mezquindad hay que derrochar, cuanto despotismo, cuanta envidia se tiene que poseer, cuanta ira, cuantos celos deben anidar, cuanto poder se debe ejercer... para causar dolor a alguien que sólo ve belleza en el mundo?

¿Hasta dónde debe llegar el desgaste? ¿Se tendrán que podrir las sangres, consumir los cuerpos, avinagrar los rostros hasta la fealdad del que sólo ha vivido para demostrar que el mundo es un monstruo sin piedad para poder mostrarle al que solo ve belleza en el mundo que su vida es un sueño dentro de una pesadilla?

Ningún daño se le puede provocar; y acabará ese intento inútil con una muerte en la cloaca del despojo, ante la dulce mirada del que sólo viendo belleza en el mundo descubre en el interior de un puño crispado por la derrota: un puñado de migas tiernas, un abanico de pétalos y un papel donde se escribió un poema con el óxido del último otoño.


martes, 4 de junio de 2013

Qué hermoso


A David.
''Nada hay tan sublime como ser uno mismo incluso a pesar de uno mismo''
-C.Blacksmith-

la verdad es una fusilamiento
tiene a un hombre contra un muro
y al resto del mundo armado frente a él,
qué hermoso poder ser el hombre

qué hermoso poder reír la muerte como se llora la vida
qué paisaje interior fecundo se abre camino
revienta el pecho mostrando sus raíces
enreda sus verdes ramas en las rabias del escándalo

qué hermoso exudar la bilis del secreto
en cada grito hercúleo
cerrando la boca a las ranas que croan
rumores vestidos de harapos negros

qué hermoso destrozar el entresijo
desmembrar todas sus partes
como el niño que rompe un juguete
intentando encontrar su alma

qué hermoso ser la transparencia
qué hermoso ser lo cristalino
qué hermoso andar desnudo
ante las saetas de los que visten armaduras

viernes, 31 de mayo de 2013

Palabras desnudas



He imaginado un centenar de veces la escena, al igual que un niño moldea y adorna el sueño de una mágica mañana de navidad, he imaginado hasta el último detalle de un encuentro que jamás sucederá. El llevará levita, yo una sonrisa ilusionada, el se mesará la barba, yo tartamudearé tontamente, el encenderá una pipa, yo alisaré nerviosa el mantel donde reposaran dos deliciosas tazas de café humeante.
-Es un honor que haya accedido a tomar un café conmigo.
-El placer es mío.
Me hablará de su esposa y el amor que se profesan, de las bellezas arquitectónicas que erizan su vello cuando el silencio de sus piedras le cuentan historias muertas, de las letras desbocadas que a modo de látigo de disciplinas* arranca la piel a un mundo dormido ante el dolor y vapulean a unos hombres indulgentes ante la injusticia, a una masa egoísta que justifica y perdona la barbarie si con ello se asegura un día más de confortable anestesia.
Alabaré su trabajo y el me mirará con ternura agradecida.
-A tenor de parecer excesivamente aduladora debo confesarle que su obra arranca todos los velos que ciegan los ojos, sacude vergüenzas y provoca esa fiebre que lleva al punto de ebullición el humanitarismo y congela el tuétano de ese egocentrismo narcisista que como enfermedad crónica pudre cualquier sociedad. Permítame hacerle una pregunta, ¿Qué espolea esa línea de pensamiento?
-Mi querida dama, es sencillo. No se busca, no se elige. Puede ocurrir que en el transcurso de la vida de un hombre: un acto, un acontecimiento, una palabra, den origen a un golpe de viento. Como si una seca palmada se ejecutara en el rostro y la onda de aire que origina obligará a batir las alas a lo irremediable empujándolo hacia lo inevitable. Y el contundente sonido que acompaña al golpe de aire hace sangrar los oídos, los destapona y al fin se hunde hasta la empuñadura toda esa verborrea floreada y disfrazada hasta el ridículo de metáforas llegando a nuestro cerebro totalmente desnuda y desprotegida. Y vemos en esa desnudez toda la mentira, toda la mezquindad todo el egoísmo que tanta lengua sin nudo vomita, tan enrevesada a veces que ni el autor consigue a su fin descifrar tal galimatías, tan adornada de lírica poética que acaba asemejándose a una esperpéntica furcia de arrabal maquillada a golpe de escoba, tan desgarradoramente quejicosa que avergonzaría al niño que llora por un caramelo negado, tan altanero arrebato de reina indignada que hasta la guillotina se negaría a cortar ese cuello por no manchar su hoja con su podrida sangre. ¿Y debemos soportar estoicamente la crítica de ese estúpido, el consejo de ese lerdo, el acto de ese que busca consuelo y comprensión para con su desgracia de insignificante burgués a la cabecera del que muere de hambre? No! mi querida dama, debemos manchar de barro de realidad  al que se obstina en ignorar, coser la boca al consejero altanero con silenciosos actos que ruboricen su estupidez. Mi querida dama debemos degollar su orgullo y abonar con su cadáver los campos de dignidad del que no otorga porque calla si no que calla por no gritar venganza.

Y sin haber oído jamás su voz, sin saber de su altura, de su ancho, de su gesto, sus palabras son ya cicatrices que acaricio con deleite.


*Disciplinas: Látigo que en su terminación se divide en varios cordajes coronados por púas o cilindros.

miércoles, 29 de mayo de 2013

Luz vagabunda



cuando ya me quiebro
y apoyo la cabeza sobre las manos,
cansadas crujen ante el imposible del peso que soportan
ese tonelaje que aplasta mi empuje
que frena la inercia del querer creer,
del querer arrancarme los ojos por no ver

y mi esperanza es una luz vagabunda
que huye de una voz que desnuda en una pared negra recita,
es un grito que llama a rebato
que reúne en la corte de los milagros*
a los desheredados que tienen como santo y seña a mi luz vagabunda

me desligo, me torturo con recuerdos de agujas
me desligo, me templo con presentes de dagas
me desligo y como un haz en una densa nube de pólvora que quema
veo trazar un arco de huida a mi luz vagabunda


*La corte de los milagros (Cour des miracles en francés): era una zona del París medieval habitada por mendigos, ladrones y prostitutas. Se encontraba en el barrio del mercado de Les Halles. Recibió este nombre porque sus habitantes, por el día, pedían limosna fingiéndose ciegos o discapacitados pero de noche, ya en la Corte, recuperaban milagrosamente la salud. Aparece en la novela del escritor francés Victor Hugo, Nuestra Señora de París. Valle-Inclán aplica alegóricamente su sentido para ridiculizar la corte de la reina Isabel II, bien conocida por sus vicios y excentricidades.

martes, 14 de mayo de 2013

Martes de Carnaval



''Me llamo Partchechiffons y soy del mundo. Como el mar, las piedras, el aire, los árboles, como cualquier creación singular o plural  ajena al hombre, yo soy del mundo. Mi patria es el todo sin pertenecer a nada, mi religión la belleza...''

Escribe despacio y tembloroso, como el amante que se despide por siempre de su amada, como el reo que escribe sus póstumas voluntades, como el hijo que relata desde el llanto de la guerra.

Partchechiffons, es exactamente lo que su nombre indica: un parcheado de harapos. Retazos de desechos de fealdad que el mundo había alumbrando sin ton ni son sobre cualquier ser que en él habitara y que Partchechiffons como un experto apicultor recolectaba: la joroba que tornó arisco y cruel a un Narciso, el tartamudeo irritante que reprimió la lengua de un galante Casanova, la dentadura en desbandada de una prometedora Matahari que la condenó a habitar en la taberna de las cloacas sirviendo vino rancio a los ciegos que palpan a las damas a partir de la frontera de sus pechos. Partchechiffons ejecutaba su don ante tal despropósito y secuestraba esas feas crueldades y con la delicadeza de una dama las vestía con la elegancia de un cisne, otorgando así a esos pobres infelices la oportunidad de lucir su belleza por derecho.
Arrancando esas las lacras que el destino había pintado en sus cuerpos retorciendo las articulaciones de mundo en su primer llanto fuera del vientre como si ese día un sádico hubiera secuestrado a la poesía, Partchechiffons se herejía como justo redentor de la belleza y borraba dulcemente esa afrenta imperdonable.
Partchechiffons es la fealdad excelsa, y como cualquier sublimidad es imprescindiblemente bello. Nada en su hechura, en su porte, en su sonrisa, en su mirada, en sus ademanes desentona, es de una fealdad tan perfectamente equilibrada que ''imposible'' es el adjetivo que alumbra en los labios de quien por suerte le observa.

Escribe hoy esta hermosa gárgola su despedida. Su parcheado se cae pedazo a pedazo. Se corroen los remaches, se desprenden los recosidos. Se desoja hoja a hoja no como la hermosa y sencilla margarita silvestre, es más como una triste alegoría al pelado de la cebolla, como ella bajo cada lámina de fealdad que se desprende aparece otra que irremisiblemente inicia también su exfolio. Partchechiffons se muere a capas. Contempla afligido este otoño corporal entre lágrimas espesas que se encallan en las comisuras de esas costuras antaño fuertes y que hoy no son más que débiles hebras que se descorren como tímidas culebras. Este mundo que él ama le ha suprimido, le ha sumido en el hambre, le ha negado su razón de vivir. Ha intentado por un tiempo vestir y remediar la enfermedad que afea los cuerpos de las bestias: la sarna del perro vagabundo al que le ladra el mundo su apestamiento, la coriza que corta las alas, cegando sus ojos, a la paloma mensajera, el pulgón corrosivo que roe y envenena la belleza de la rosa. Pero esos remiendos no pegan adecuadamente y le provocan terribles urticarias que le mantienen en vela durante la noche y en vilo durante el día. El está hecho de una pasta inmortal que venera a los hombres. Los ama. Desde inmemoriales recuerdos viene Partchechiffons realzando las bellezas de sus criaturas adoradas. Pero de un tiempo a esta parte el hombre ha decidido tomar las riendas de su propia condición física: remienda, inflama, deshincha, alarga, recorta, sustituye, repone y moldea a su antojo el envoltorio de sus almas. Esta cabalgada hacia la perfección a llevado a la consumición de la belleza natural al rechazar la extravagancia por confundirla con defecto, Partchechiffons extirpaba tumores no erradicaba singularidades hermosas y únicas: narices de un portento admirable por su carácter, orejas traviesas asomando entre bucles, arrugas de senectud donde leer toda una vida, pecas en los escotes como pequeñas lentejuelas de un hermoso vestido llamado piel.
Partchechiffons muere de pena de amor, su obra se ve condenada desaparecer y él con ella, pero no es esta verdad la que le está arrastrando a una tumba que jamás consideró posible, es perder el amor. Ese amor incondicional, abrumador, arrollador, ese torrente de amor que siente por la humanidad. Tener la certeza de que este amor morirá con él es lo que clava la pica en su inmenso corazón.

Contemplar al motivo de su amor convertirse en un perfecto envoltorio de plástico que recubre, ya ahora sin remedio, barro sucio de arrogante vanidad, ver la decrepitud del alma en lo mas querido lleva al abismo de la desesperación a Partchechiffons. La envidia, el egoísmo, lo ególatra alimentan ese desesperado deseo de alcanzar la perfección a golpe de martillo y a tajo de cuchillo de sierra.

... la belleza muere sobre mesas de doctores que empuñan la vulgaridad. Muero yo con ella en este baile de máscaras de perfección que esconden las mezquindades de los que las poseen. Muero yo con la belleza en este martes de carnaval  sabiendo que anuncia un irremediable miércoles de ceniza dónde ni tan siquiera el llanto de los dioses podrán lavar un gris monótono que envuelve la nada.

Partchechiffons
 
 
 
 
 
 
 
 

miércoles, 1 de mayo de 2013

El sueño de los imposibles



Hay veranos que duran lo que dura una noche de invierno cálido. Portadores de excentricidades, estos veranos existen provocando la locura, son los padres del prodigio de los extremos que se tocan, puntas que se unen por unos instantes y que invierten -con resultado de absurda lógica- lo establecido.
He visto en el corto transcurso de uno de estos veranos a un obeso ser engullido por una vaca anoréxica, a un alcohólico ser bebido por una botella de vino en una noche de abstemia, a un crápula licenciado en sexo ser salvajemente violado por una perita en dulce virgen e inexperta, a un adinerado sepultado por la ruina de su oro y enterrado en la comuna de los despojos, a un cigarro fumarse a un adicto y hacerlo humo negro, a un alumno cerrar la boca a un maestro aburrido de un soberano sopapo verbal de esperanza.
Que delicia disfrutar de tanta justicia poética en época de hambruna humana y justicia divina. Que privilegio ver desandar la senda del egoísmo a los presos del ''mío'' regalando a su paso los restos que anidan en sus bolsillos, a los esclavos levantar la vista de su vicio, al padre devolver el derecho a su hijo, al erudito proclamarse lerdo ante el niño.
Que hermosos estos veranos tan cortos como una vida amando y tan calurosos como un abrazo a tiempo. Tan utópicos que solo ocurren cuando duermo el sueño de los imposibles.


domingo, 28 de abril de 2013

Bel.la Ave




Tu pelo cubre tus ojos
escondiendo el fruncimiento
tus parpados cierran
-como puertas al viento-
la única posibilidad del balcón a tu alma.
La irremediable caída de tus pestañas
acalla tu boca silenciando en un rictus estático
los gritos que anidan en tu garganta.

Tu entraña grita ante la  soldadura de tu rostro:
¡Se cansa uno viviendo. La felicidad es un ventana pintada de un solo lado.
Hay tantos consejos en la soledad como agujeros en el manto de Diógenes.
El género humano es un error irreparable.
La multitud es una colección de fealdades de hermosos rostros.
Ese que ama primero y descubre que inventa el olvido.
Esa que surge de la nada y habla como cisne en boca de hiena.
Cualquiera puede ser un miserable, pocos pueden ser lo esplendido!
Me canso, me angustio, rabio, me aburro, me embrutezco...
Me como hasta los codos, no hay alimento para el desespero.
Situación grave,
tengo cuanto necesito para ser nada,
un paso más y podría ser sublime.

Y yo te digo bel.la niña:
Que nadie niegue la altura de tu Everest,
que no sea tu vergüenza ser el torero que llora la muerte de un astado,
el gladiador que contiene la nausea ante la víscera y la sangre,
el púgil sin puños que arremete con los pies desnudos.
No eres el remedio a la fiebre, eres la cura a la muerte en vida.
No escondas tu temblor de amar sencillo en un mundo de dientes caníbal.
Inaudita mujer que nadie desprecie tus sopas de ajo.
Exclusiva hembra de naturaleza agreste,
tú que le das sentido a la inexplicable razón de vivir,
permíteme mi bel.la niña, ser tu fiel escudero,
ser quien porta las vainas de tus lágrimas,
los paños de tus heridas,
ser los brazos que amortiguan tu caída.








martes, 23 de abril de 2013

(Sin título)



Este dolor es un lobo atrapado en un cepo
gruñe, gime, aúlla, ladra
se revuelve, rasga su piel
y se paraliza: sabe inútil su lucha
esa boca de acero le tiene preso
intentar zafarse hunde los dientes hasta el tuétano.

''Un acto de bondad'' -suspira-
''Un dedo en un resorte'' -apremia-
''Una leve presión y dejar de ser presa'' -sueña-
''Una caricia en su herida''-anhela-

Acto de humanidad que no llegas,
pícaro pilluelo vanidoso
sólo acudes donde anida el aplauso,
ante un público entusiasta rescatas y defiendes.
Una dama desvalida, un caballero deshonrado,
un niño abandonado, una madre viuda.
Voceas, te mueves, consuelas, llevas retazos como un infante,
harapos como un filósofo, pescas en el desagüe,
reflotas alegrías, sacudes ciudades con locuacidad,
sabes lo que ignoras, eres parco hasta el robo,
loco hasta la sabiduría, prosaico hasta lo poético,
artístico hasta lo obscenidad,
te acurrucarías entre dioses,
te revuelcas en el estiércol y sales cubierto de flores.

Pero este lobo está solo
es individuo en la masa, es el non aislado de los compuestos,
el singular en un mundo de plurales,
un asceta en un campamento romano,
el que da la espalda al que predica,
el que reza solo a las estrellas.

El lobo sabe que no habrá acto de humanidad
su sublime bondad pasaría desapercibida
quedaría en una intimidad de lobo agradecido
en una privacidad de ternura por nadie admirada.
El ''acto''si acaso teorizará el por qué del drama,
poetizará el desgarro de la bestia abatida,
filosofará enredados motivos,
analizará los mecanismos del resorte
en tanto reposa sus dedos sobre sus rodillas.

Y el alfiler que sostiene la esperanza
se desprende en silencio
y el miedo acude al encuentro de este lobo
y le acorrala en la disyuntiva de huirse mutilado o ser trofeo de la tristeza.


miércoles, 3 de abril de 2013

pez hecho hielo que se diluye en agua



¿Y si realmente pasara?
¿Y si ese ser desapareciera
y quedara tan sólo una estela tenue,
un fantasma transparente
como pez hecho hielo que se diluye en agua?

Se cumpliera el deseo y dejara de existir,
dejara de ser y de estar
no mas sonrisas, no mas palabras
no mas cuerpo de compañía
no mas suspiros de ... no, ya no, ya no está.
Sólo pingües restos esparcidos
dicen de su paso
de su olor en una manta
de una foto vieja en una caja
de una anécdota distorsionada

Ya está!
no existe, ya se puede vivir,
ya desapareció sepultada bajo el desprecio
tapiada bajo una negación categórica
tras una avalancha de indiferencia
ante la deferencia a lo empíreo
tras el exorcismo de lo divino sobre lo pernicioso

Y se guarda referencia en algún libro,
por ser poca cosa la criatura
es corta la línea,
por no haber estado a la altura
ambigua la reseña,
por haber sido quien volvió cabal a la locura
sí hay un rezo:
que Dios nos libre de su presencia
que el diablo la tenga en su gloria



viernes, 29 de marzo de 2013

alma de gitano (y algo hurgó la herida)



recitabas creyente:
"vales lo que vale tu trabajo"
ese que alimenta tu úlcera abierta
y que con cada bocado de dignidad que te tragas
-como una vieja sin dientes-
te mastica hasta las encías.
"vales lo que vale tu novia"
esa con boquita de pato que te cuelga del brazo
que te llegó por catálogo exclusivo de bellas y divinas
perfectas féminas de buen barrio y mejor familia.

"vales lo que vale tu reloj"
titanio indestructible a riñón el gramo
sumergible hasta la cueva del leviatán extinto
aunque tú no cates el agua porque la sal te da grimilla
y te jode el esculpido de gomina.

"vales lo que vale tu cobarde silencio"
mutismo paladín defensor de tu exigente estatus
afasia que sepulta tu pasado de noble cabrero
tumba de parientes de barrio pobre.

pero tienes alma de gitano y algo hurgó la herida
y esa grieta que creías cauterizada
supuró tus honras de franco villano.
y la puta que te amamantaba
te apartó de su ubre de pezón sangrante
¡hijo bastardo rechazado!
y te lanzó sin miramientos sobre el regazo de los de tu calaña.

y te despojaron,
pieza a pieza, jirón a jirón
del decorado de tu vida:
tu líder te nombró inútil descerebrado no apto
y te mandó al carajo con el beso de judas,
y entregó tu escalón privilegiado a ese becario
un pobre gusano sin futuro
que trabaja por un café quemado.

tu princesa se deshizo de tu abrazo
con la discreción que le otorga su clase,
con la indignación de quien se limpia una caquita del zapato,
con la indiferencia del que contempla la muerte de un escarabajo.

tu reloj corrió de mano en mano
en el mercado negro más honrado,
una venta rápida a los yonquis de tu antiguo barrio
con descuento obligado bajo el filo de una navaja
y agradecimiento humillado
por conservar la vida que te queda.

y viste tu destino reducido
    al valor de una bala en tu cráneo,
al largo de una soga de esparto
    en la viga de tu chabola,
al salto desde un quinto
    sobre el asfalto de los derrotados,
a una vena abierta goteando lamentos
    a los pies de tu cama vacía.

pero tu padecimiento no vale la grandeza de un suicidio,
tu averno no posee la fastuosidad de un infierno de Dante,
ni la tragedia poética de un Hamlet de Shakespeare.
tu infortunio es un vulgar bidón quemando basuras podridas,
no eres más que el despojo de un mundo banal que comercia con mentiras.

ahora que sabes al fin quien eres, te alzas otra vez como cabrero
y ves pastar a las locas bestias de tu niño vecindario,
y te sonríes afortunado  porque aún te den cobijo
el noble rey de los anónimos, la madre de todos los huérfanos ignorados,
y besas al soberano de los olvidados que te recuerda como al hermano
que un día marchó en busca del dorado para regresar hoy
más viejo, más triste, más pobre
más humano.







domingo, 24 de marzo de 2013

Frenar el tempo del tiempo



¿Y si simplemente me siento?
No en el lugar elegido, ni en el encuadre perfecto,
no allá donde el poema grita posible lo utópico,
no en el espacio soñado, ni en el momento adecuado.

Sentarme aquí, ahora,
entre la muchedumbre sin aliento
entre sus pies sincopados de pasos estrechos
bajo sus miradas de andar a lo obligado
de andar hacia esas horas de esclavo que matan el tiempo para lo bueno.

Sentarme y punto.
Sentarme y rescatar el tiempo robado,
el tiempo de leer en mí: los adjetivos, los verbos, los predicados,
los subtítulos de mis ojos y las definiciones de mis gestos.
El de mirarme dentro sin impaciencia
y sentir una caída de lenta flotabilidad,
palpar la ingravidez de mi debilidad
catar el peso de mis culpas
perdonarme los pecados ajenos
y liberar los miedos que retengo.

El tiempo de abrazarte desafiando al tiempo
crujiendo los relojes con el estremecimiento de tus huesos,
y estrellar contra tus besos los embudos de fino cristal
que como verdugos meticulosos despeñan segundos de fina arena.
El de tocarte sin rozar el borde de tu prisa
y que me acaricies,
amor,
sin avistar el arañazo de mi urgencia
que destiñe los rojos de mi sangre caliente
cierra las costuras de mi inmoralidad orgánica
y mata tu dulce bestia de conquista primigenia.
El de escuchar tu manso silencio
espoleado por las palabras que importan
esas que nunca nos dijimos
porque aun no las hemos aprehendido

Tiempo de mi mente zozobrando a la deriva,
de navegar sin rumbo fijo y encallar en arrecifes inauditos,
aprendiendo que la libertad me la otorga
frenar el tempo del tiempo
hasta acompasar su acelerado tic-tac
al errático palpitar de mi cuerpo.




sábado, 23 de marzo de 2013

En pos de tu risa hallé mi remedio



Le pregunto al amor como se siente,
si ha menguado esa punzada mordiente
si ha remetido un poco la fiebre
si tiene pensado levantarse hoy de la cama
y dar un paseo amarradito a mi brazo
 
Le propongo una sonrisa y que andemos a la zaga de tus palabras
y nos colemos como niños traviesos en tu bolsa de poemas
y revolvamos ansiosos entre tus versos
esos del amor y aquellos del tam-tam primitivo,
que simulemos ronca voz al recitar a la tormenta,
que nos vistamos con paja fresca y sombrero de Withman,
y que, irreverentes, nos bebamos a carcajadas la tristeza.
Que te besemos furtivamente en la boca cuando no mires,
que hagamos ver que entendemos lo abstracto con gesto serio
-dejándote perplejo y descolocado-.
Que pidamos por ti el menú con gestos de mimo
hasta volver loco al camarero y arrancarte de nuevo
la risa por la risa, como cuando reías sin motivo.

Se frota la pereza de los ojos.
Como si fuera la primera vez que ve mundo
pega la nariz a la ventana y crea un círculo de vaho
dibuja un corazón en ese húmedo lienzo con su dedo,
me mira de soslayo picarón y resabido,
y en esa mirada leo:
Por fin encontraste el remedio a mi gangrena.







sábado, 16 de marzo de 2013

La suma de tus risas



no quieras ser yo.
no me emules,
no te calces mis botas gastadas
no cepilles mis cabellos tintados
no te pintes en mi reflejo de arrugas
no llores mis tristezas de amarga hiel.
no te rías desde mi garganta afónica
no rasques mi sarna de perra enferma.
no parafrasees con orgullo mis refranes de pueblo muerto
no imites mis ademanes caducos
no presumas de mis rancias victorias
no justifiques las derrotas de esta ajada capitán de puerto sin bajel.

no quieras ser yo
mi niña
porque yo ya no soy más que el resumen en retazos de la suma de tus risas,
el largo de tu sombra mayúscula por pequeña
tu futuro pendiente sin mí
tu presente alborotado conmigo
el borrado de tu pasado inexistente.
el aliento en tu boca ingenua
la caricia a tu palabra que titubea
el gruñido a lo imposible que te hiere
el guantazo a lo improbable que te atemoriza
el beso a lo bello     tu beso
la sonrisa que desquicia de vida.
el viento suave a tu espalda que te empuja
el cesto donde lanzar tus penas.
no soy más que un espectador maravillado
un mago que te esconde los cuchillos
una bruja sin malicia que se come la manzana y te regala las semillas.




jueves, 14 de marzo de 2013

La cama


Hoy es la última vez que nos vemos. Esta es nuestra última sesión doctor. En cuanto se agote el minuto cincuenta y nueve saldré por esa puerta y mi trasero le contoneará un adiós definitivo.

No, no me mire con cara de hastío condescendiente doctor, no es un arrebato, no es una crisis, es la lucidez que proporciona el haber mandado al carajo sus pastillas.

Ese cóctel de colores que alienaba mis ideas, mis inquietudes, mis miedos, mis decisiones. Que las ponía cara la pared como quien castiga a un niño por haber saltado en la cama, por haber arrugado las sabanas, desalineado los cojines, formado ovillos gigantes con la colcha y cuevas imaginarias con los adornativos almohadones de plumas. Castigar el desestirado de las tensas telas que se mantienen justo al límite del punto de rotura. Ese punto donde todo es liso, de un horizontalidad irrefutable, de una llanidad sobrecogedoramente plana. Ese tensado de fibras que permiten hacer rebotar una moneda en su centro sin causar ningún ruido ni formar huella.

Se acabó doctor, yo quiero usar la cama, revolverla, dormir de través, que me cuelguen las patas por lo ancho, rodar como una croqueta en sartén hirviendo hasta caer sobre la alfombra, lanzarme de espaldas sobre los cojines, revolcarme entre los almohadones, reseguir las manchas inlavables de los centros donde se alojan los cuerpos, acurrucarme en un ovillo desordenado de telas cálidas. Levantarme y volver, al caer el sueño sobre mis ojos, y reencontrarme con el desorden de una vida explicada en arrugas, bultos y puntas desmetidas de sus bordes.

Sí doctor, se acabó el medicarme, se acabó el repiqueteo de su bondacidad de plástico sobre mi mente, de su maldacidad de pacotilla hurgando con morbosidad en mis fantasías para luego condenarlas con asqueado desdén. No voy a sucumbir de nuevo a su empecinamiento de mantenerme dentro de un malsano confort gris de asentimientos, aceptaciones y sumisión civilizada.

Se acabó tragar su mierda tibia doctor, y se acabó porque por fin tengo un motivo.

Si doctor, tengo un motivo. Este se reveló en un momentum catártico, justo cuando la última de sus adormideras de farmacia perdía efecto y mi mente reventaba candados.

Y mi querido doctor, mi queridísimo doctor, es asombroso lo liberador que es encontrar un motivo, rotundo, puro, simple, sencillo y claro. Que sublime! incluso Dios hubiera llorado de envidia si hubiera existido.

Porque doctor ¿Se ha percatado de que los humanos necesitamos cien motivos más dos para querer seguir viviendo al despertar y solo uno por el que morir al acostarnos y así poder dormir?

¿Ha encontrado su motivo doctor o sigue sin conciliar el sueño por las noches? ¿Sigue su cama cruelmente libre de arrugas, doctor?




domingo, 10 de marzo de 2013

Madre, ¿Aún me ves?




¿Quién soy yo madre? ¿Soy acaso tus esperanzas demolidas. Tus ilusiones ahogadas en vino barato. Tus sueños a la deriva en un pantano de residuos. Tu futuro inmediato de pesadillas. La bailarina que nunca subió al escenario. La cocinera que acabo preparando el rancho para el ganado. La prostituta peor pagada del barrio. La fregona de los váter de la cárcel de los drogados. El borrón más feo en tu foto de familia. La vergüenza que se esconde a los ojos de los divinos en el desván de los desahuciados. La hija prodiga que murió tras un doloroso parto. Tu legado más equivocado. Tu error menos humano. Tu castigo ineludible. Tu peor reflejo en el espejo donde pintas de verde sentencia tus ojos, de roja bilis tus labios. El nombre que se susurra con bochorno las noches de frío invierno en las cenas con amigos. La mancha en tu mejor vestido, el desgarro inoportuno de la sisa de tu camisa, el dobladillo descosido que barre tu mierda a cada paso por la vida. El pensamiento que acelera tu ira. El recuerdo que atormenta tu perfecta estampa?

¿Soy esa? ¿Verdad madre?

Desde tu caleidoscopio de correcciones soy tu fracaso más evidente. El único ser que no pudiste moldear a tu imagen y semejanza con tus dedos amurallados de nervios y huesos. Soy el ángel caído de tu cielo apocalíptico. Soy la apóstata que renegó de tu edén de orgullos autócratas. El acto improcedente que se cagó en mitad de tu jardín de luchas y rencores imaginarios.

Madre, si ahora pudieras ver. Si fueses capaz de mirar más allá de ti, apartando de tus ojos el velo de la furia, la sombra del rencor, el foco del odio que te ciega. Si fueses capaz de sentirte en paz, si fueses capaz de calmar tu vesania innecesaria; entonces madre podrías contemplar lo que de ti surgió a través de mí una madrugada de tibia primavera: Bellos ojos de un profundo azul de mar en calma. Dulces lenguas cantarinas que chorrean a todas horas risas y palabras frescas. Abrazos en las peores horas. Besos oportunamente inesperados. Inocencias ausentes de resentimientos. Preguntas sin dobleces. Amores que matan dolores. Dulzuras que hacen cosquillas en las heridas. Ternuras que enjuagan lágrimas de tristeza. Vida nueva.

¡Oh! ¡Madre! Si tan solo fueses capaz, por un instante callar tu verbo afilado, desterrar tu orgullo tiránico, tu celo envenenado, tu envidia cancerosa, ¡Oh! ¡Madre! entonces, quizás al fin, pudieses comprender que el mundo jamás te declaró la guerra, que luchas contra tus propias quimeras, que matas fantasmas que tú engendras. Que tus tropas son desertoras no de tu cruzada, sino de tu locura malsana, de tu odio sin fundamento, de un injusto rencor que no llego a comprender por qué alimentas con los restos de tus muertos, con las ausencias de los que exiliaste de tu lado.





Double in me
By Caroline Blacksmith-bay

sábado, 9 de marzo de 2013

Carta a Peter Banning



Esta noche soñé de nuevo, y de nuevo era antes, y de nuevo era niña grande, y de nuevo sonreía. Despertar y verme cana, verme arruga, verme en el espejo y reconocerme como la nada de un todo donde no se encaja. Estúpida mente retraida que me impide no llorar, no doler, no encogerme por la mitad por no llegar a esa altura, porque esta mente estúpida no comprende que hay montañas que algunos solo podemos acariciar en las pinturas, imaginar en los cuentos narrados por las abuelas donde los alpinistas avezados y experimentados plantaron su bandera en una cumbre que para mi solo será (por siempre) el sueño imposible de la ostra anclada en su arrecife.
Sentirme tan escasa como los dientes de un ganso, tan absurda como el remedio de cargar sacos para un dolor de espalda, tan hilarante como el romance de Europa y la peste negra, tan fracasada como el artista de un éxito olvidado que canturrea en el metro su éxito que apesta a naftalina.
El mayor escalón que golpea mis espinillas recordar como una vez salí a la superficie e inflé mis pulmones de aire de felicidad, como me inundó un mar invertido de oxigeno de vida, donde acariciarte era acariciar lo mejor de mi, donde escucharte borraba con dedos de sabio curandero todas las heridas de batallas perdidas, donde mirarte era sumergirme en la placidez de un mundo sin guerras, donde acompañarte era volar en circulos sobre las mezquindades humanas. Ya pasó, es un relato antiguo, un momento que se extinguió, languidamente y en silencio, tras una realidad de caminos divergentes. Se trata de haberme quedado sentada bajo un por qué recitando todas las respuestas que sé que jamás podré comprender por limitada entendedera y estúpida tozudez de querer ser esa vez que fui la reina del baile, la novia de blanco, la que te hacia reir, la que alimetaba tu alma, la que por las noches era tu refugio y tu mejor aliado.
Reconocerme anacronica, aceptarme limitada, admitirme ser traje pasado de moda que desentona por estridente y caduco en un tiempo donde los cuerpos lucen desnudos y las palabras pesan por su ligereza.
Retraerme a mi cubículo de horarios estúpidos, trabajos vergonzantes para el mundo, amistades ausentes y vivir como marca mi idiosincrasia. No pretender ser la ridícula parodia de una Pizarnik venida a menos, un desgarro de poemas. No mostrar una fragilidad que será al fin mal entendida y poco poética por el lamentable pragmatismo en la que se expresa. Dejar de querer ser en ti lo que a ti no te hace falta. Dejar de ser en mi lo que me destruye. Dejar de ser para empezar a existir la existencia innata que en mi habita y no la esperanza de la lombriz que pensó que llegaría a ser mariposa porque una vez se le dijo que era única y hermosa, ignorando en su estupidez que el jardín estaba lleno de hermosas alondras.







jueves, 7 de marzo de 2013

Confort frío




acomodarme en el espacio del no sentir
dejar morir los sentimientos blandos
esos que empapan de rosa un momento,
un instante,
un suspiro           leve          y tibio.

ignorar el saludo al sol del girasol reverente,
la perfecta trenza de la espiga antes de la siega,
la ola de cabeza enjabonada de sal y vida,
la justa altura de la brizna de hierba buena,
el intenso aroma de morriña de mi tierra mojada,
volátil caricia del diente de león emprendiendo el vuelo.

no llorar el arrancado de mi adentro
llevándole flores a un cadáver de niña pobre que quiso ser princesa.
enfundarme el traje del excluido y bucear hondo
hallar en el ártico del mar de los fríos
el lugar exacto donde yacen las alianzas que murieron por suicidio
una tarde de lágrimas de ausencia.











sábado, 2 de marzo de 2013

Un libro

''Temperatura exterior 4 euros''
-Señora sabia en un tren cualquiera-



Ya no se si voy o vengo
si he estado o no he llegado nunca.
Génesis de una masa cambiante y deforme,
nuevas caras, diferentes olores, cuerpos imposibles,
ruidos estridentes, bocas mordientes, prisas de café caliente y legaña.
Climas variables, fríos polares, modorra de tren,
claustrofobia de estación subterránea, silbatos de toque de queda
                        un libro
Ahora todo se difumina como acuarela bajo espuma,
todos los rostros son iguales, los cuerpos indiferentes,
el paisaje una velocidad diagonal.
La ropa soldada a mi piel rompe el barómetro,
una señora sentencia: temperatura exterior cuatro euros.
Me desoriento en un día eterno de dos mañanas
una corta noche de frenético sueño
y un perpetuo traqueteo con final de linea continua
                         un libro
Buenos tiempos refugio al que huir cuando todo va mal
recordando viejos tiempos en los que no había a donde huir.
Buenos tiempos de carteras vacías, horas repletas, cuerpos calientes,
resucitando risas, abonando sueños.
Buenos tiempos donde no se chupa una polla se saborea
no se come un coño se paladea
no se folla se subliman los sentidos, se recorren los cuerpos.
Buenos tiempos cuando no se lee un libro para pasar el tiempo
porqué el tiempo no cuenta cuando se está leyendo un libro.




sábado, 23 de febrero de 2013

Danzad bastardos, danzad

 
 
"El que se erige en juez de la verdad y el conocimiento
es desalentado por las carcajadas de los Dioses."
-Albert Einstein-



La vida, amante cínica y arrogante,
déspota meretriz de alcurnia que te niega en la pobreza
melosa manipuladora que limpia tus botas en la riqueza,
cruel compañera inevitable
te empuja y arrecia negaciones sobre tus dulces quimeras
tensa tus músculos hasta el chasquido
te sostiene con un hilo sobre el precipicio
ante tu grito: déjame caer, quiero plantar mis vísceras en el fondo del abismo;
no permite tu caída, precipitarte es su derrota
-solo ella puede poner final a la partida,
tu eres peón, ella tu reina-
impide tu retirada con retazos de verdad y belleza
se encola a tu cuerpo con brochazos de tibio beso alquitrán verdugo de otras vidas,
se enreda entre tus piernas con la soga de suave satén de un ahorcado,
inocula narcóticos placeres a tus venas con jeriguillas de yonqui muerto,
La vida te engaña cuando te nombra dueño de tu destino
te miente cuando crees ser soberano de lo justo,
te embauca cuanto pontificas tus verdades,
ridiculiza tu soberbia de creyente exento de error.
La única victoria que te otorga la vida es haber sobrevivido a su tiranía
una hora más,
un día más,
un año más,
Tu funeral: su cierre de opereta,
ridículo y esperpéntico espectáculo de llantos
de sonrisas de recuerdos antes olvidados
de melancolías de un pasado distorsionado
de musiquillas tiernas y halagos tardíos.
La vida no respeta ni a los muertos.


martes, 19 de febrero de 2013

Patente de Corso



''Del sufrimiento han surgido las almas fuertes.
Los carácteres más sólidos están plagados de cicatrices.''
-Khalil Gibran- 
 
 

No voy a echarme sal en la herida
ni a revolverla con mis dedos en busca de astillas,
no quiero ahondar en lo sangrante y el coágulo,
ni raspar la necrosis circundante, ni amputar lo muerto.
Voy a envolverla en paños de aceptación
a limpiarla con aguas de renuncia
a secarla con yodos de catalepsia.
Será un abceso adosado a mi costado,
inerte testigo de un agotamiento desmedido
inerme ya a su propósito de escocer a las rozaduras
de abatir, con punzadas de confusión, esperanzas soterradas.

La templanza flamea débil ante el último soplo
antes de que muera haré de mi flanco mutilado,
de mi corazón hueco, de mi fe huérfana de oraciones,
patente de corso en el mar de los ladrones.

En el cuarto de derrota trazo cálculos lejos de los escollos
el compás olvida su obligado magnetismo y escora,
solo llanura, de gris acero, divisan mis ojos.

Se inicia la pleamar que arrastra mi balandro
con suavidad suelto amarras,
ignorando el quejido de mi herida enfilo proa hacia un mar abisal
suspendido en el otro extremo del mundo.


viernes, 15 de febrero de 2013

Vieja aprendiz de nada

 
 
''Sólo sentía la mordiente y salvaje tristeza de otra cosa buena perdida para siempre."
-Charles Bukowski-
 
 

Y amo tanto lo que estuvo,
ese amor que el recuerdo ha convertido en perfección,
ese idílico encuentro de gemelos opuestos.
esa vida de risas compuestas de tus, de yos,
ese mundo pequeño como la infinita fuerza de un átomo,
ese mar inmenso que cabía en el hueco de mi mano,
¿Cuando se ejecutó el desahucio?
No consigo recordar el llanto exacto de ese momento
recogiendo pertenencias a voleo,
guardando en bolsas lo innecesario
emprendiendo una huida hacia adelante
ejecutando la evasión por el túnel más estrecho.
Ahora me recuesto en la perfección de mi recuerdo
y le relato a quien no me escucha los detalles,
masajeo mis sienes... incrédula por mi fortuna
llevo vacía la maleta pero repleta de tu ayer mi memoria.
Me tambaleo ebria de miedo viejo
porque este cuerpo en tiempos de cosecha
debe ser de nuevo aprendiz con viruelas
sin que le convaliden las experiencias aprendidas
ni tenga opción en septiembre a repesca de rezagados
ya que mis únicos apuntes válidos hablan de la perfección de un recuerdo
... que a nadie le interesa.




miércoles, 13 de febrero de 2013

Restos

 
 
"En esta vida la primera obligación es ser totalmente artificial.
La segunda todavía nadie la ha encontrado."
-Oscar Wilde-




Se me escama la piel en volátiles purpurinas
y dejo que floten en caída de copo hasta suelos de piedra
pienso en como me deshojo en esos pedacitos de mi
restos de un traje de fibras caducas que se desprenden silenciosas
que siembran como migas de cuento caminos hasta mi
Pienso en pelo de gato sobre una manta,
en piel de serpiente entre troncos pelados,
en concha de ermitaño bajo un fondo de roca,
en pluma de pato cimbreante sobre la paja,
cuerpos empeñados en dejar sus restos como testigos de su paso
como reafirmación de una existencia en un mundo de olvido
Barro cabellos muertos antes de su suicidio,
limpio restos de Belmez en mis braguitas,
retiro los restos de unos labios en una colilla
aireo nuestros aromas de una noche de carnes libertinas.
Me pregunto por qué esta necesidad cruel de borrarnos
este querer ser asépticos muñecos de plástico
esta necesidad de eliminar nuestro rastro
cuando lo que más anhelamos es hallar un resto
de quien solo dejó una sonrisa antes de cerrar la puerta de salida.





martes, 12 de febrero de 2013

Vencidos

 
 
''No me importa cuantas veces caigas,
me aterroriza que que un día no te levantes''
 
 

Y el cansancio me agarrota
entumece mi lengua de entusiasta idiota
imbuida en el salvaje afán de ser bestia invencible
instruida en el escudo, la espada, la embestida, el rugido,
ahora
el cansancio me agarrota
y debilmente arrastro y hago surco errante
con las armas oxidadas y los pies llagados.
El botín de un buen recuerdo lastra mi retirada
la posibilidad de conquistar tierra yerma espolea mi huida
Cartón piedra mi rostro
pergamino reseco mi piel acuchillada
ganchos sin fuerza mis dedos
aliento de espasmo del que solo tiene un objetivo
repetir un solo movimiento
seguir andando esquivando las balas.





lunes, 11 de febrero de 2013

Cualquier día


 “No se llegará a comprender la naturaleza humana
 hasta que se sepa por qué
un niño montado en un tiovivo saluda a sus padres en cada vuelta,
y por qué sus padres le devuelven siempre el saludo”
-William D. Tammeus-


Cualquier día me levanto de la silla
y me siento en la esquina de los invisibles
a la sombra del desconsuelo de lo inactivo
al lado del mellado con mirada de vidrio
frente a la de piel raída con sonrisa perdida
tras el tuerto que cojea tras veloces ayudas

Cualquier día me siento de nuevo en la silla
y escribo:
la madre de todos los poemas
el padre de todas las prosas
el hijo de todos los refranes
el primo sinvergüenza de todos los consejos
la abuela de todas las anécdotas inauditas.

Cualquier día descubro el capítulo de Dios donde se cuenta:
como ya no importa la muerte cuando solo queda opaca piel y ralo pelo,
esa taxidermia cruel para el lector de musculaturas temples y miradas
ese genocidio sin sentido del sentido de ser vida,
esa muerte lenta,
ese paro cardiaco infinito
ese coma vivido en la fría silla
del que ya no tiene miedo
porqué
ya
se lo han
quitado
todo.



domingo, 10 de febrero de 2013

La madera vieja quema mejor

Pensar en viejo me abruma
y, sin embargo, pensar en joven,
en sano y arrogante joven,
me parece tan insípido...
-Camilo José Cela-
 


Coñitos tersos de juventud
correteáis alegres sembrando aromas,
promesas rosas,
cálidas termas inexploradas,
estrechos túneles sin peaje,
me sonrió al veros acercándome a mi pasado.
¿Debiera yo recordar esos tiempos
donde las braguitas de algodón escondían finas crines
y esa perla que palpita por primera vez su propia vida,
donde mi cuerpo era flexible caña de tez morena
donde mi mente infinita todo lo podía?
¿Debiera yo añorar tiempos
de estremecer entrepiernas imberbes
caras con granos
pantalones ajustados
torsos de nuevo hombre
manos temblorosas de piratas que conquistaban mis pechos?
¿Debiera yo lamentar mi pérdida de orgullo
y quemar el mundo si posas la mirada en otro culo
si me llamas en el eterno tardío de tres minutos
si ya no me gritas por besar la mejilla de otro gallo
si ya no me duele que te duela porque no tiene sentido?
No
quizás...debiera
pero No
No cuando ya reposo en el norai de un puerto que me da cobijo
en tiempos de guerra, en época de tempestades.
No cuando ya he lamido el fondo de mi barril de añeja madera
curada con caldos de buena cosecha.
No cuando aún soy capaz de beberme tres tequilas
arrinconarte bajo mi lujuria
arrancarte de un zarpazo tu madurez de calendario
y hacerte gemir como un quinceañero
en la última fila de un cine perdido
 






sábado, 9 de febrero de 2013

Disección del miedo

 
 
"La irracionalidad de una cosa no es un argumento en contra de su existencia,
sino más bien una condición de aquella."
-Nietzsche-



No tengo miedo a las alturas
me aterrorizan sus caídas.
No es la araña la que me paraliza
su picadura me congela.
No es la velocidad quien infunde pavor en mí
la incertidumbre de no frenar me atormenta.
No es amarte lo que me atemoriza
es ser autopsia fría de muerte temprana
de unos restos desechados en la cuneta
como peladura de manzana
que envolvió carne dulce,
corazón de semillas fuertes,
esperanza de ser árbol en tierras de labranza.
Digno tronco para reposar la espalda
corteza donde grabar iniciales de niños amantes
copa de casitas del árbol que regala meriendas
musa de historias de Newton, Tell, Blancanieves y la Biblia.
De tensar raíces ante las heladas de invierno
lucir verdores victoriosos en tus veranos
brotes nuevos en tus otoños.
No le tengo miedo a la vida contigo
no temo arrastrar contigo el remolque,
no me acongoja perder por el camino
no me tiembla el pulso ante un futuro incierto,
me paraliza la certeza implícita en esa vida
de la naturaleza que en ti habita.



domingo, 3 de febrero de 2013

Tango

 
"La danza es un poema en el que cada movimiento es una palabra"
-Mata Hari-







Rasgado de violines nocturnos
susceptibles a la quintaesencia
que exuda el baile de tus pies en el tango,
manipulas mi cuerpo
-satén negro vencido-
y en un grito no derramado
mi espalda que se arquea en cintura
rompe tus suelos,
quiebra tu estatura.

El abrazo,
rojo de uñas en tu cuello,
cadencia de caída por tu cuerpo,
mi tacón de aguja acaba donde empieza tu deseo,
arrastras mi gula con furia tras tu mirada
elevas mis medias hasta tu aliento
armonizas movimientos prohibidos por el frío
y retas al destino
que vive en el escote de mi vestido.





miércoles, 30 de enero de 2013

quien te salve

 
 
"Me volví loco, entre largos intervalos de una cordura horrible."
 -Edgar Allan Poe-



quien te salve de esos escalones de más
de esas manos de menos
de los labios secos
de las babas del cerdo
de los cuerpos obelisco
de las jorobas sumisas
de los cantos del gallo
de las noches sin vigilia
quien te salve de ser demasiado
de no llegar a la esquina
de mirarte con el deleite el ombligo
de no observarte bella en el espejo
de no pisar charcos de barro de lluvia
de mancharte con mierda pura
de hablarle de agua al desierto
de callarte besos que son vida
quien te salve de ti
quien de ti no haga causa perdida
quien se pierda en tu locura
acunando tu poca cordura
rogando que no llegue a adulta



domingo, 27 de enero de 2013

Las almas rotas de los sexos olvidados

 
 
''La casa no se reclina sobre la tierra, se postra ante una mujer.''
 



A ti mujer que lograron desdibujarte la desnudez de tu cuerpo vistiéndolo de sobrio recato. Que consiguieron infundir el temor a tus dedos y atados por el cuello de la vergüenza no exploraron tu sexo y sus cálidos recodos. A ti mujer que los siglos de un pasado de pudores abusivos pesaron sobre tus senos aprisionados y tus glúteos disimulados para evitar las letras escarlatas bordadas por los verdugos del placer y la pasión bajo advertencia de acusarte de prostituta poseída por el diablo si de ti un jadeo de placer se escapaba. Que te gravaron a fuego la creencia de ser carne sin sexo, alma sin destino, ser ejemplo de decoro que recluye su lujuria bajo un inflexible refajo... tu libido ahogada dentro de un puchero.
Paredes de un hogar que fue  tumba donde criar nuevos hombres rudos y lamentar que ese bebé fuese niña con destino parecido al tuyo donde no estaba permitido el grito de un orgasmo de mujer, un deseo de carne, un hambre de hombre que leyera la piel de tus pezones, que explorase las esquinas más calientes de un cuerpo que se moría lentamente licuado por un rechazo continuado.
Tu orgasmo perece ya entre las canas de unos labios que languidecen agrietados en la sed de los que nunca fueron besados, ellos son los tristes cadáveres que testimonian que dios te condenó al trabajo, pero fue el hombre quien injustamente te castigó al celibato de las piedras.

A ti mujer como sacarte ahora del desconcierto de saber que todo fue un fraude, que el diablo no habitaba en tu cuerpo sino en las lenguas de los depravados que te mandaron a la isla de los sexos olvidados.


viernes, 25 de enero de 2013

Dando un paso al frente

 
 
"Entre la idea y la realidad, entre los actos y el gesto, cae la sombra."
-Thomas Stearns Eliot-
 
 
 

Te cuento que tengo un secreto
no es un chisme de portera
ni una nueva peca libidinosa
es una ascua que me consume
que me arde dañina y traidora cuando te sonrío con ternura.
Te cuento que un día quise mandar a pique mi amargura
gritando tu reflejo en mi espejo allí donde nadie me oyera
pintar tu nuevo rostro en un muro olvidado de un gettho
donde solo habitaban la humedad y un gata famélica en busca de gato.
Te cuento, recogiendo a dos manos los filamentos de mis cejas,
que creí vomitar gritos a la nada
que la ausencia era mi público
la ira mi guionista implacable
ese callejón sin salida el teatro de nadie.
Te cuento que el reverso de lo esperado se alzó como protagonista
que me empujó fuera de escena,
que cayendo en barrena me quedé muda
que fui conejo paralizado ante los faros que le arrollan.
Te cuento que una lejana estampa siendo inocente fue víctima de un cruel azote
que desde la ignorancia y sin haber calculado riesgos
yo acabé fraguado ese linchamiento sin presunción de inocencia.
Que no es mi delito las manchas de mis vísceras
que no es mi falta los aullidos de mi furia
que es mi negación silenciosa a su defensa
lo que le otorga el derecho a la justicia a vestirme con el sayo de la vergüenza





miércoles, 23 de enero de 2013

Carta a mi pequeña niña




Si tuviera que dejarte un legado te dejaría mi experiencia. Te dejaría el legado de una existencia sencilla pero llena de vida. De ella podrías recoger algunas enseñanzas abstractas y algo de la sabiduria que sólo el tiempo y las caidas otorgan. No te ilusiones con la esperanza de encontrar en mi experiencia soluciones milagrosas a los dilemas y enigmas que la vida te va a servir en el menú que te ofrezca. Debes saber que los mismos hechos tienen siempre diferente materia: otros personajes, otras circunstancias, diferentes entornos. Por tanto aplicar remedios antiguos esperando una reacción concreta puede acabar ocasionando un efecto opuesto o ser totalmente inmune.
Mi experiencia te puede contar que una vez tuve que sumar dos más dos y el resultado fue tres, otras personas realizando exactamente la misma suma obtuvieron dos, uno e incluso cero.
Mi experiencia, que es el único legado que desearía dejarte, te contará que pocos elementos poseen la constante de la invariabilidad, pocos son los que a lo largo de cualquier vida ofrecen la misma respuesta ante cualquier entorno.
Deja mi pequeña niña que te hable de alguna de las invariables: consejos y decisiones.
Los consejos pueden ser tu peor aliado. Se extremadamente tacaña al darlos y tómalos con suma precaución. Los consejos dados desde la inexperiencia pueden acabar convirtiéndose en un amargo plato que deberás comerte con humildad en el futuro. Los consejos tomados pueden no resultar efectivos e incluso ser contraproducentes aunque lleguen cargados de bondad desde una mano amiga.
Tomarás decisiones. Unas buenas, otras malas, otras irracionales. Las buenas serán esas pequeñas victorias que deberías atesorar sin adornarlas de gloria y petulancia. Las malas te envolverán en un alambre de espino del que muchas veces te parecerá imposible librarte. Las irracionales son bombas inestables que pueden estallar causando destrozos irreparables, daños colaterales o en el mejor de los casos acabar siendo una mera anécdota tildada de locura transitoria. Todas las decisiones se cimentan bajo encrucijadas de relevancia y como consecuencia de las própias inquietudes, anhelos y el entorno.
Presta especial atención a las que tengan como base el dolor, la frustración y el desespero. Es en estos casos, donde la falsa creencia de que tomar decisiones radicales aliviará esos síntomas, es donde puedes cometer los mayores errores. Ese radicalismo puede acabar sepultándonos a una cueva donde tendremos como carcelero al dolor, la frustración y el desespero del que huíamos.
Mi pequeña niña,  llegados a este punto voy a atreverme a darte un consejo: cuando la tierra tiemble bajos tus pies, cuando creas que tu mundo se desmorona, quédate quieta bajo el quicio de tu puerta, no huyas creyendo que en otros lugares la tierra no se abre. No destruyas las pocas paredes que aun se tengan en pie, ellas un día fueron tu cobijo.
Mi pequeña niña haz de tus ruinas sabia argamasa que sea firme sustento para tus sueños.
Mi pequeña niña debes andar el mundo jamás huir de él.



lunes, 21 de enero de 2013

Recordar el blanco

 
 
 
Para D.
Porque siempre me recordaba el blanco sobre negro.
 
 
 


Me propones que piense blanco
que guarde el negro para los lutos de mis muertos
los desgarros para los días en que amanezca menos
las lágrimas para los que desde el hambre gritan odio
las derrotas para los que de su pozo han hecho casa
Que recite: sonrisa, amor, rosa, corazón, alegría, ternura, algodón de azucar en la feria, BLANCO, colores, cometas, flores, risa tonta en plena misa, promesa, libre, jolgorio, payasada, broma, confeti, ilusión, esperanza, abrazo, beso, caricia, pasión, suave, cálido, pajarito, pelota, salto a la comba, chapuzón de verano, helado de Florencia, chocolate con churros en las tardes de invierno.
Me pides que lo recite a ojos cerrados,
desde la negrura donde siempre habito
me pides que recuerde que no son quimeras
que yo las convertí en inestables verdades
cuando el negro de nuestro presente
dejó su pátina en el blanco de nuestro pasado.




sábado, 19 de enero de 2013

Tenues fugacidades


nada gana a la oscuridad
ella siempre está antes de tu llegada
fui luz en un intento de vencer a tus noches
pero nada gana a la oscuridad
densa y espesa se rió de mi pretensión,
mi ingenua obcecación fue musa de sus versos mordaces
que recitaba, esperándome en meta, sentada a piernas cruzadas.
ya no soy luz, soy breves manes
ahora ya sólo pretendo rescatar lo que queda del día
siendo timida sombra chinesca,
un teatro de fugaces siluetas
borrosas manos en tus paredes
que cosquillean a tus noches
con los restos de luz de mis adentros


jueves, 17 de enero de 2013

Morir ganando

“He amado hasta llegar a la locura;
y eso a lo que llaman locura, para mí,
es la única forma sensata de amar”
-Françoise Sagan-
 

Lanzarte cuesta abajo sin freno a exprofeso sabiendo que al final de esa frenética carrera te espera un precipicio cerrado a la prudencia. Que el eretismo que ahora golpea tus sienes, achica tus ojos, aprieta tus dientes, desboca tu corazón imprudente provocará la indefectible salida de pista iniciando un salto de torpe albatros, elegante ingravidez de cóndor y certera caída picada de cormorán estilizado. Que te hundirás en aguas que rompen sus pechos de ola con la apasionada persistencia del querer seguir muriendo tocando tierra. Ahogarte en salado recordando tus veranos Mediterráneos.
Congelarte en estático recordando tus inviernos Pirineos.
Hundirte bullendo como roca de volcán. 
Tocar fondo de arenas blandas.
Morir sabiendo que mueres ganando
                   porque mueres buceando 
                     en el golfo de su cuerpo.
 
 
 
 

martes, 15 de enero de 2013

Catalino ''el grande''

 
 
“No hay nada más fácil que censurar al malhechor; nada más difícil que comprenderlo”.
-Dostoyevsky


El hombre juicioso, reposa, recuerda en su templo. Nació en ese santuario libre de guerras, de gentes extrañas, de musarañas y ladrones. Creció envuelto en mantas de mundo pequeño, de brazos cotidianos, de sonrisas conocidas, de experiencias de aletargar la valentía y ver pasar el viento.
El viento, sólo él trae novedades a sus ventanas de lo que habita en el mundo, más allá de su refugio.
El Lodos empujó hasta su reducto a la dama de siete velos: tan bella, tan diferente, tan trascendente en sus movimientos de cadera, tan volátil en sus sueños, tan efímera como la voluta de humo de su pipa.
El  Siroco arrastró hasta su jardín al loco de los gritos de la miseria y la víscera: tan extravagante y abrasador como los fuegos fatuos del averno. La última vez que lo vio corría colina abajo desnudo persiguiendo a una cabra en celo.
Cuando sopla el Ábrego le trae siempre la compañía de un docto labriego: tan sincero y llano como un bocata de chorizo del bueno, y le habla de la mujeres de los barrios rojos y de las ciudades sin sueños.

Recuerda con especial cariño esa mañana que la Tramuntana transportó a un errante a sus puertas. Hombre de fibrosa complexión, altura de caballo y mirada perezosa. De ademanes lentos y armoniosos, de palabras que crujían como dulces almendras garrapiñadas y abrazos que fundían todas las penas.
-¿Cual es tu nombre?
-Catalino ''el grande''
-¿Que gestas has llevado a cabo para que se te otorgue tamaño adjetivo?
-Erré en mi juicio y lo proclamé sin miedos. Callé mis defensas por no alimentar las heridas. Amé en desmesura a muchas mujeres hiriendo a la que mas quería. Ella empuñó la amargura y arremetió sin clemencia contra el mundo y mis huesos. Arrastré mis despojos hasta su calvario y le prometí un amor eterno plagado de fracasos. Ella me perdonó a medias y yo me esperancé por poder alimentarme de sus mitades entregándole mis enteros.
-¿Eso es todo?¿Realmente te crees grande por mostrar tus defectos? Eso es una locura sin sentido.
Yo creía que me contarías como ayudas a los pobres, sanas a los heridos de tristeza, escuchas a los desolados, ilusionas a los escépticos y matas monstruos que amenazan con devorar las ternuras.
-Puedo contarte como entrego las pocas monedas que tintinean en mi bolsillo al que tiene hambre de tres días. Puedo contarte como acaricio las lágrimas de las mejillas desesperadas o como el calor de mi silencio acompaña la confesión del que ya nada tiene. Puedo con un verso hacerte creer en dios por un momento y temer al infierno eternamente. Puedo mostrarte las cicatrices que los monstruos vencidos dejaron en su postrer aliento sobre mis hombros.
Pero tu me has preguntado que me otorga el derecho a llamarme ''el grande''. ¿Hay mayor grandeza que haber vivido fuera y dentro del abismo y mostrar al mundo con noble honestidad las miserias que en uno habitan?
Mi grandeza es aceptar que el desprecio de otros empapa mi vida y aun así seguir amándoles en sus defectos. Sólo se sabe que es el amor cuando le otorgas a alguien la capacidad de destruirte confiando en que no lo haga, y si lo hace amarle más que nunca.
Mi grandeza es el resultado de la temeraria decisión de ir yo a la vida y no esperar que ella venga a mi.





sábado, 12 de enero de 2013

que viejo que sabio que loco

"Muéstrame un héroe y te escribiré una tragedia."
-Francis Scott Fitzgerald-



hubo un hombre que viejo que sabio
que loco que inocente que pobre hombre valiente
que decisión llevar el bolsillo bajo por guardar a la altura de la mano
herramientas de alcance fácil que permitan hundir cráneos.
masacrar estúpidas mentes de frías manos por no tocar pieles mesar callos acariciar cabellos.
estúpidas almas de cera que atesoran el futuro
en sus máquinas y artilugios tumbas de soledades neones de entierro.
matar con contundencia de brazos y músculos
manos y nervios dedos y uñas
eliminar el agresivo desdén de la caterva
empuñando palos de romero blandiendo hachas de tiza.
sanar a los heridos de silencio
susurrando nanas versadas
cuentos de hadas
dragones que mueren
héroes que lloran.
hubo un hombre que viejo que sabio
le llamaron loco le burlaron la postura
le sirvieron el insulto del inculto.
hubo un hombre
murió agarrado a su manto
suave tejido de nudos del pasado
donde todo era como antes
de que llegara el futuro.






viernes, 11 de enero de 2013

Fe


''Cuando el dogma entra en el cerebro, cesa toda actividad intelectual.''
-Robert Anton Wilson-
 
 

¿Debería desafiar a las leyes de la naturaleza?
¿Debería retar a todas las bases de la lógica?
¿Deberia contradecir a la coherencia, el sentido común y la conveniencia?
¿Debería refutar lo cabal, lo adecuado, lo estipulado?
¿Debería dejarme llevar por esta sensación de ahíto,
cerrar los ojos,
hincar mis rodillas en tu tierra
y confesarme creyente ortodoxo de tu cuerpo?



martes, 8 de enero de 2013

La impostura de lo inanimado (II)


"Y en esa sola manera de estar solo
ni siquiera uno se apiada de uno mismo''
-Mario Benedetti-


Lentamente levantó la cabeza de la mesa y observó atentamente al grifo y sus lágrimas perfectamente sincronizadas. Se le antojó una impertinencia que ese ruido interfiriera en su dolor, que se entrometiera en su momento de silencio y soledad. Tenía derecho a revolcarse en un silencio absoluto y una soledad estática. Había perdido a su familia y sus ruidos, y esas gotitas y sus ruiditos le estaban quitando lustre a su momento de desolación. Pensó que lo primero que haría a la mañana siguiente sería comprar una junta y reparar la irritante fuga. Nada se interpondría entre él y el infierno del silencio.
El motor de la nevera arrancó de improviso uniendo su ronroneo a la percusión del grifo.
Brrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr
¡Inaceptable! La desenchufaría y a la mierda con la comida, que se pudriera en su interior.
Apoyando la rebelión contra silencio se unió a sus compañeros el termo eléctrico.
Clic bzzzzzz clic
¡Inadmisible! Lo apagaría él no necesitaba agua caliente, no volvería a salir jamás de la cueva en la que se había convertido su hogar, por tanto que necesidad tenia de ducharse o afeitarse. A la mierda con el termo.
Encendió un cigarrillo y abrió unos centímetros la ventana, Marina no le dejaba fumar más que en la cocina con la ventana abierta y siempre y cuando los niños no estuvieran en allí, fue todo un acto mecánico causado por el hábito y la repetición, era consciente de que ahora podía fumar donde se le antojara pero no se atrevía, sabía que se sentiría como un transgresor irreverente.
La cerró de golpe, como si algo en el exterior hubiera amenazado su vida.
¡Maldita sea! ¿Cómo es posible que en un jodido sexto piso se puedan oír los ruidos de los coches y las voces de los peatones?
Abrió un armario de la cocina para coger un vaso, tenía la boca pastosa y con un horrible sabor agrio. Las bisagras gimieron.
Ñiiiiiiieeeec

Se despertó acompañado de un terrible dolor de cabeza. Estaba tumbado en el sofá, aún llevaba el abrigo puesto y un zapato. Una botella de wiski y otra de vodka reposaban vacías a sus pies. La realidad de lo sucedido el día anterior le golpeó como una enorme bola de demolición, las lágrimas brotaron silenciosas y en procesión amarga de sus ojos. Se incorporó lentamente y se percató de que su mano mantenía aferrada con fuerza una hoja arrugada. Había algo escrito en ella, la aplanó y observó que habia escrito con letras torcidas y desaliñadas un título y una lista.
Leyó espectante:
Cosas que debo hacer para eliminar el ruido:
(La lista era un chiste demencial)
-Junta para el grifo.
-Desenchufar la nevera,
-Apagar el termo
-Aceite para las bisagras
-Bloquear las ventanas
-Pegar con cemento siete baldosas
-Localizar y matar al perro
-Apuntalar las bigas
-Arrancar el temporizador de la luz de la escalera
-Reventar el motor del ascensor
-Forrar todas las suelas de los zapatos con felpa (o andar descalzo)
-Taponar el desagüe general del edificio
-Pedir, primero con educación y en caso de que no sean razonables con contundencia, a los vecinos colindantes, superiores e inferiores que se muden.
-Comprar más alcohol. (La confección de la lista había terminado con el que había en la casa).

Se rio primero con unos tímidos siseos, luego con unas carcajadas sonoras y estridentes.
Se levantó torpemente y rebuscó en un cajón de su escritorio, sacó un rollo de celo y pegó la lista en la pared principal de la cocina.
No estaba solo, no viviría envuelto en un implacable silencio. Su casa, su hogar, era pura vida.
Dio los buenos días al grifo y sus brillantes lágrimas cantarinas. Acarició la puerta de la nevera y esta ronroneó como un gato agradecido. Las bisagras le saludaron con un pícaro chirrido. Hizo bailotear las baldosas que cacarearon ilusionadas. Las vigas crujieron dando la venia a su paso por sus espinazos y un clic le comunicó que rebosaba calor a la espera de su cuerpo desnudo.
Examinó durante unos minutos su comportamiento y al hecho de encontrarle un sentido totalmente lógico a comunicarse y convivir con lo que, hasta la fecha, había considerado elementos totalmente inanimados. Este exámen le llevó a experimentar una amarga felicidad y a un descubrimiento inesperado: la soledad le había prorcionado el grado de locura suficiente para otorgarle la oportunidad de cumplir su deseo mas oscuro: ser poeta.

Se dio una larga y cálida ducha, abrió las ventanas y respiró mundo.










lunes, 7 de enero de 2013

La impostura de lo inanimado (I)

 
"Otras cosas nos cambian, pero empezamos y terminamos con la familia"
-Anthony Brandt-



La luz le hizo parpadear y le devolvió, con su tono amarillento, a ese momento inmediato. Alguien había pulsado el interruptor y la luz invadió la escalera del edificio y, por extensión, el rellano donde se encontraba clavado frente a la puerta de su casa. No sabía cuanto tiempo llevaba allí de pie sujetando la llave introducida en la cerradura sin girarla. Ni siquiera había sido consciente de que había estado a oscuras. Sentía las piernas entumecidas, la mano helada y la cabeza aturdida. Había estado todo el día, desde la llamada de Marina, preparándose psicológicamente para este momento, no obstante seguía presa del miedo y este había congelado su movimiento de muñeca impidiéndole girar la llave. El poco arrojo que había logrado reunir a lo largo de todas esas horas se había esfumado sin dejar rastro.
Dos adversarios desconocidos: el silencio y la soledad, le esperaban tras ese tablero de madera con chapita dorada que anunciaba: Familia Gironella-Grasset.
Nunca había estado solo. Nunca había vivido solo en sus 38 años de vida. La vida siempre había rodeado su existencia en los hogares que había habitado. Sus hermanos revoltosos, su madre cantante frustrada y su padre fábrica de onomatopeyas, risotadas y ronquidos fueron dulce sinfonía para él hasta que cruzó el portal paterno para compartir metros cuadrados con Marina.
Marina ocupó su cotidianidad con sonidos nuevos. Como una manta recién estrenada estos le envolvieron y acunaron hasta la llegada de Marcus y su catálogo de sonidos por estrenar. Los monólogos de juegos inventados por Marcus se convirtieron en un dueto con la dulce aparición de Violeta, su niña risueña y coqueta que le cantaba canciones de gallinas y elefantes y le exigía continuos abrazos y besos de mejilla.
Ellos no iban a estar tras la puerta como siempre habían estado. Sus hermosos ruidos no se cobijaban tras esa puerta para recibirle como todas las noches cuando llegaba del trabajo. Era consciente de que la casa estaba vacía, que lo iba estar por mucho tiempo (aún no se atrevía a abordar la posibilidad del ''para siempre'') y esta circunstancia era la que había estado intentando asumir.
''Quim, vas a estar solo y sólo habrá silencio'' era el mantra que se estuvo repitiendo compulsivamente todo el día como un enajenado que le ruega a su dios que no acabe con el mundo.
Todos estos pensamientos se atropellaban y solapaban continuamente en su cabeza. Le era totalmente imposible concentrarse en uno solo, en cada intento el miedo interrumpía con un susurro helado anunciando al silencio y la soledad y esto provocaba que de nuevo se sumergiera en una madeja de recuerdos, angustias y decisiones que se entremezclaban y bullían sin control.
Este bucle había congelado su movimiento giratorio de muñeca. Ese movimiento que nunca había sido transcendental, más allá de saber que le llevaría a los brazos del calor humano que habitaba en su hogar, ahora se le antojaba una empresa titánica.

Crac     crac        crac

Su inconsciente arto de que la lógica no se decidiera tomó las riendas de la situación e inició el movimiento. La llave giró y una leve inclinación de su cuerpo forzó la apertura de la puerta.
La negrura dilató sus pupilas y redujo a la mínima expresión su corazón.
Anduvo a tientas hasta la cocina. No quería ver la desolación del abandono. No quería comprobar que los juguetes ya no se esparcían sobre la alfombra del comedor, ni que los cojines del sofá ya no eran las blandas paredes de un fuerte coronado por mantas y más cojines.
Encendió la luz de la cocina, la mesa blanquísima estaba desierta de platos humeantes, vasos de zumo, y cubiertos de plástico adornados con los dibujos de moda.
El ambiente olía a limpieza aséptica. Nada se cocinaba en los fuegos nada había aromatizado el entorno con dulces olores de riquezas cotidianas.
Se derrumbó sobre una silla y lloró. Descontrolado sollozó, aulló, y se quejó con palabras que no conseguía emitir con nitidez.
El silencio de esa cocina, la oscuridad de esa casa, la soledad de su hogar le había derrotado y ahora no era más que un pelele asustado llorando como un bebe desconsolado.
Jamás se acostumbraría a ese silencio, era atronador y de un absolutismo excepcional... excepto por un impertinente goteo del que no se percató hasta que dejó de gimotear para sumirse en un mutismo de tristeza.





viernes, 4 de enero de 2013

Envidia devota




"La poesía no quiere adeptos, quiere amantes".
-Federico García Lorca-



Envidio esa devoción por seguir todos sus pasos. Controlar todas sus comas, sus puntos, sus paréntesis y acotaciones más allá de los márgenes de la cordura. Esa pelusa me cosquillea por saberme sentada en el gallinero recitando para las musarañas mientras tú tan magnífico, tan entregado, tan sumergido en esas palabras que ella lanza a tu primera fila del teatro, como Rita lanzaba su guante, me pides que hable más bajito con la mano.

Envidio todas las noches que le regalas, las horas que le dedicas, los anhelos que le suspiras y las angustias que le sirves entre humos de cigarrillos aliñados. A mí me toca taparte con una manta mientras cabeceas a mi lado durante ese tiempo de descanso que ella me roba y tú necesitas para estar en forma cuando el sereno anuncie su llegada.

No debes hacerla esperar.

En cuanto la lamparita que ilumina mi último libro y mi rinconcito solitario en la cama funde en negro y me hunde en un profundo sueño a ti te desvela el repicar de sus tacones de vértigo y su privado lenguaje de puta de puerto. Toda esa calaña que conforma su verdadera natura hábilemente escondida bajo un elegante satén negro y una poética compostura de criatura insondable, ese bipolarismo controlado al milímetro que inventaron las sirenas de Ulises, y que ella maneja con maestría, a ti te pone en guardia y te ancla a su vera.
Pero esto de épico tiene poco, es una historia de cabaret de barrio desahuciado que luce escandalosamente extravagante durante un rato, pero que tras el espectáculo tan solo hereda los restos de una juerga que habrá que limpiar para que cuando amanezca todo luzca decente, literato y hermoso.

Y  a pesar de saber que yo poseo de ti algo que a ella nunca le has otorgado, y a pesar de saber que a mi también me amas, y a pesar de los pesares: la envidia me corroe. Y la maldigo por esa parte de ti que me ha robado. Maldigo a la poesía, la maldigo por alejarte de mí. Virus desalmado que se te ha llevado de mi lado y te mantiene varado en sus playas de letras infinitas y versos inacabados.

Yo te maldigo zorra despiadada.



miércoles, 2 de enero de 2013

Desnudos todos somos carne

 
 
''Ciertos libros parecen haber sido escritos no para aprender de ellos
sino para que se reconozca lo que sabía su autor."
-Johann Wolfgang Goethe-



Indolente pesadez que caes sobre mis hombros
y me cubres con dedos pegajosos de desidia.
Monótona abulia del círculo sin diámetro
que me otorgue un cambio de sentido.
Demente aburrimiento observar el mismo paisaje
en todas las ventanas al universo.
Que hastío descubrirse sumergido en el limo
donde todo es lo mismo...pero con estilo.
Que fracaso saber que las debilidades son invariables:
en el príncipe, el poeta, el mendigo, el obrero y el nadie que se sienta a tu lado en el metro.
La vanidad, esa flaqueza,
absoluta como el hambre, invencible como el sueño.
Elogia a un hombre y descubrirás su falsa modestia
ensalza sus errores y la tiranía burbujeará en su boca
espolea su vanidad y observa como le arrebata a Dios su trono.