A veces no hay palabras ni citas que puedan resumir lo que paso aquel día. A veces el día, simplemente... termina.

sábado, 23 de marzo de 2013

En pos de tu risa hallé mi remedio



Le pregunto al amor como se siente,
si ha menguado esa punzada mordiente
si ha remetido un poco la fiebre
si tiene pensado levantarse hoy de la cama
y dar un paseo amarradito a mi brazo
 
Le propongo una sonrisa y que andemos a la zaga de tus palabras
y nos colemos como niños traviesos en tu bolsa de poemas
y revolvamos ansiosos entre tus versos
esos del amor y aquellos del tam-tam primitivo,
que simulemos ronca voz al recitar a la tormenta,
que nos vistamos con paja fresca y sombrero de Withman,
y que, irreverentes, nos bebamos a carcajadas la tristeza.
Que te besemos furtivamente en la boca cuando no mires,
que hagamos ver que entendemos lo abstracto con gesto serio
-dejándote perplejo y descolocado-.
Que pidamos por ti el menú con gestos de mimo
hasta volver loco al camarero y arrancarte de nuevo
la risa por la risa, como cuando reías sin motivo.

Se frota la pereza de los ojos.
Como si fuera la primera vez que ve mundo
pega la nariz a la ventana y crea un círculo de vaho
dibuja un corazón en ese húmedo lienzo con su dedo,
me mira de soslayo picarón y resabido,
y en esa mirada leo:
Por fin encontraste el remedio a mi gangrena.







2 comentarios:

  1. qué preciosidad de poema Caroline. es una maravilla necesaria.
    resulta vital leer poemas como el tuyo porque le dan sentido a todo.
    un beso y un inmenso abrazo.

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  2. La risa por la risa... como los niños... ¡Qué bien mas precioso!... y que perdido...
    El remedio a la gangrena... es posible que lo tenga Cupido, pero aplicado dicho remedio viene lo más difícil, pues la gangrena es un mal que suele cronificarse y necesita tratamiento de por vida... Tus letras, como siempre, haciendo mella en el alma. Besos.

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