“He amado hasta llegar a la locura;
y eso a lo que llaman locura, para mí,
es la única forma sensata de amar”
-Françoise Sagan-
Lanzarte cuesta abajo sin freno a exprofeso sabiendo que al final de esa frenética carrera te espera un precipicio cerrado a la prudencia. Que el eretismo que ahora golpea tus sienes, achica tus ojos, aprieta tus dientes, desboca tu corazón imprudente provocará la indefectible salida de pista iniciando un salto de torpe albatros, elegante ingravidez de cóndor y certera caída picada de cormorán estilizado. Que te hundirás en aguas que rompen sus pechos de ola con la apasionada persistencia del querer seguir muriendo tocando tierra. Ahogarte en salado recordando tus veranos Mediterráneos.
Congelarte en estático recordando tus inviernos Pirineos.
Hundirte bullendo como roca de volcán.
Tocar fondo de arenas blandas.
Morir sabiendo que mueres ganando
porque mueres buceando
en el golfo de su cuerpo.
Mueres ganando, porque en ese plano , la resurrección es un hecho...
ResponderEliminarQué palabras más duras: "querer seguir muriendo tocando tierra".
ResponderEliminarBueno las otras son igual de duras, es estar muriéndose todo el rato.
Agónico.
Besos.
Bueno, si el que muere al final gana algo de verdad que lo entiendo, sino no tendrían sentido tantas agonías.
ResponderEliminarMejor morir así, ganando.
otra maravilla que se agolpa en el pecho.
ResponderEliminarbravo.
Morir ganando, estrellarse contra el otro u otra, pese al dolor, pese a la desesperación.
ResponderEliminarBeso
"Muere joven y deja un bonito cadaver" que dijeron por ahí en una vieja pelicula... El caso es que pasado el febril estado adolescente, uno ya no piensa en el frenesí tan a menudo, entra en un estado letárgico y contemplativo, como distanciado, y más bien piensa en la proximidad de una muerte nada divertida, llena de arrugas y de achaques... De todas formas, puestos a pedir, lo de morir buceando en el golfo de su cuerpo me parece, con mucho, una estupenda muerte. Le petit mort... ¡o la la!... Saludos
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